Una receta diferente
Desde hace algunos años, para mí, el café ha sido la gasolina para empezar mis actividades diarias. Sin embargo, a raíz de la pandemia caí en una rutina, donde todos mis días eran casi iguales, pues solo me levantaba, trabajaba, hacía ejercicio y a dormir; y lo mismo el día siguiente. Esto hacía mis días aburridos y predecibles.
Lo cual me llevo a pensar, ¿a cuántos les pasará lo mismo, si todos están en casa?, ¿por qué no hacer algo para dejar atrás esa rutina, si lo interesante de la vida es disfrutar cada momento, hacer cosas nuevas y no actuar de forma mecánica o por costumbre?
Pero ¿cómo?... Después de dar vueltas sobre qué hacer, me pregunté ¿y por qué no lograrlo con café? Y sí, fue una GRAN idea, el café le agregó una dosis de creatividad e innovación a mi vida dejando atrás la monotonía de esta “nueva normalidad”.
Todo comenzó preparando una receta de café diferente, lo cual me hizo aprovechar cada día y dar una pausa cuando más lo necesitaba. Por ejemplo, en un día soleado o al regresar de una caminata bajo el sol me preparo un frappuccino para refrescarme y relajarme antes de hacer otra actividad. Para jornadas largas con muchos pendientes, me hago un café americano bien cargado para comenzar el día con toda la energía posible.
Todo ello, me abrió puertas para realizar otras actividades y romper la rutina. Como un affogato cuando quiero ver una serie de Netflix o un programa de televisión con la familia, un cappuccino para esos días fríos que provoca estar echado en la cama, un mocaccino acompañado de un postre en las tardes de invierno o un smoothie de café para charlas o videollamadas con amigos.
Gracias al café, estos días en casa por la pandemia han sido más llevaderos, divertidos y por sobretodo súper diferentes. Quién diría que el café sería la solución. ¿Y tú, porque no lo intentas?